La monetización del déficit fiscal genera inflación y la búsqueda del blue, lo que baja el ingreso de divisas y sube la salida, lo que genera un faltante de divisas, que cubre el Banco Central. La emisión monetaria que lleva adelante la entidad rectora que conduce Juan Carlos Fábrega recrea condiciones que, en opinión de los analistas consultados, genera desconfianza en la moneda y la demanda del dólar como un refugio
En la rutina diaria de negar la realidad, el gobierno explicó ayer, a través del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que la caída de reservas -que en 2013 fue de u$s 12.691 millones y en lo que va del año, unos u$s 841 millones- tiene que ver con los pagos de deuda pública y la “importación de determinados insumos”, relacionados con una política contracíclica que incluye la amortización de las deudas e intereses.
Lo que no se quiere explicitar, según los economistas consultados, es que los pagos de deuda siempre han impactado en las reservas, pero con efectos diferentes en la última década.
A diferencia de lo que sucedió, por ejemplo, a principios de 2006, cuando se pagó la deuda con el FMI y las reservas repuntaron, hoy la monetizacion del déficit fiscal genera inflación, lo que alimenta la brecha cambiaria, lo que desincentiva a los privados a ingresar divisas al país e incentiva a apurar los pagos en el exterior, lo que genera un déficit de divisas que termina proveyendo el Banco Central (BCRA) con sus reservas.
El volumen de disminución de reservas tiene que ver con la utilización del Fondo de Desendeudamiento para el pago de deuda pública”, dijo el jefe de ministros. “El Gobierno ha utilizado estas reservas para afrontar pagos de vencimiento de deuda pública, los gastos de importación de determinados insumos para el desarrollo productivo, etc.”, agregó.
Sin embargo, en una economía sin brecha cambiaria, el BCRA tendría margen para comprar divisas y recomponer su stock de billetes.
Según Econométrica, la caída de reservas de 2013 se explicó por el pago de u$s 8.300 millones de deuda y una venta u$s 5.310 millones de divisas. El año anterior, tras pagar u$s 13,3 millones de deuda (un 60% más), las reservas cayeron u$s 3.086 millones (una cuarta parte), porque el BCRA pudo comprar u$s 9.200 millones.
Para este año, la consultora prevé menores pagos de deuda, u$s 5.500 millones, y una nueva caída de reservas (hasta u$s 22.600 millones).
“
Los pagos de deuda siempre consumen reservas, el tema es cómo se financian”, dijo Maximiliano Castillo Carrillo, de la consultora ACM. “Antes el Tesoro los financiaba con el superávit fiscal comprando divisas al Central; desde 2010 lo hace con bonos”.
El economista recordó que en 2006 el gobierno pagó u$s 9.530 millones al FMI con reservas y éstas crecieron u$s 3.960 millones, tras comprar u$s 14.007 millones de divisas.
Los pagos de deuda netos del Tesoro justifican la caída de reservas, pero la realidad no termina ahí”, dijo Castillo Carrillo.
Son otros los factores que explican que la demanda de divisas sea superior a la oferta, que se resume en la venta de divisas.
Antes teníamos una economía con superávit fiscal, superávit externo, tipo de cambio competitivo y crecimiento, por lo que el BCRA terminaba comprando dólares. Hoy hay déficit fiscal, externo, tipo de cambio atrasado y el BCRA vende dólares”, coincidió Ramiro Castiñeira, de Econométrica.
En este contexto, donde pesa particularmente el déficit energético, las importaciones se adelantan o se sobrefacturan, el turismo y las compras en el exterior se multiplican, mientras que los exportadores subfacturan y esperan para liquidar sus divisas, se realizan cancelaciones netas de los préstamos y las inversiones y el turismo receptivo se ralean.
La brecha cambiaria es el principal factor que desestimula el mercado formal y que explica la caída de reservas”, dijo Eric Ritondale, de Econviews. “Al obtener un retorno tan grande respecto del formal, hay muchos incentivos para adelantarse y evadirlo: o pasar por el formal para fugar divisas o ir al informal para lograr más pesos”.
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