lunes, 4 de noviembre de 2013

Sube, baja fuerte para volver a trepar: el dólar oficial y la "montaña rusa" de Marcó del Pont

En el arranque del año la tasa de devaluación fue moderada. Luego el Gobierno hizo subir al billete verde más de prisa y ahora volvió a frenar el ritmo. Los cambios generan incertidumbre. Pese a los vaivenes, no logra reducir el atraso cambiario. Pronósticos para los próximos meses


Primero lento, luego rápido, después otra vez lento.

La suba del dólar oficial que lleva adelante el Banco Central ha cambiado mucho en los últimos meses, contribuyendo así a la confusión e incertidumbre de empresarios y ahorristas.

De manera que la interpretación sobre qué es lo que motiva a los funcionarios a pasar de una tasa de devaluación del 1% mensual a otra de 3% y después a una del 2%, se ha transformado en una "ciencia" altamente valorada.


La cuestión sobre qué sucederá con el dólar, ahora transcurridas las elecciones, se presenta como un gran interrogante. Son varios los analistas que arriesgan que luego de los comicios se dará un punto de inflexión en la política cambiaria 

Y el cambio al que más fichas le ponen va por el lado de una fuerte aceleración, aunque seguramente no será suficiente como para calmar la ansiedad de aquellos sectores más preocupados por la pérdida de competitividad, derivada del atraso cambiario frente a la inflación acumulada.

La "montaña rusa" de Marcó del Pont 

En la primera parte del 2013, la llamada "devaluación administrada" que lleva a cabo el Gobierno en materia cambiaria mantuvo una tasa anualizada que, con altibajos, osciló entre el 15 y el 20 por ciento.

Sin embargo, a partir del segundo semestre, su política para con la suba del dólar oficial pasó a ser mucho más agresiva, habida cuenta de que llegó tocar picos que, anualizados, rondaron el 45% hacia la segunda quincena de agosto y primeros días de septiembre.

No obstante, días después de tocar ese récord, la tasa de devaluación virtualmente se desinfló para pasar a ubicarse sólo algunos puntos por encima del bajo nivel que había tenido en los primeros meses del año.

Desde la consultora Empiria dan cuenta del freno registrado en aquel entonces y remarcan que "el Banco Central redujo de manera significativa el ritmo alcista del dólar oficial".

Un comportamiento que la entidad repitió en octubre, al hacer subir al billete prácticamente al mismo ritmo que en septiembre, lo que genera cierto desconcierto en el mercado.


Analistas consultados por iProfesional coinciden en señalar que parte del movimiento tipo "montaña rusa" que se observa en la tasa devaluatoria se debe, en gran medida, a la influencia del real brasileño y a los vaivenes que ha tenido esta divisa.

Sostienen que es evidente que cuando la moneda del país vecino se debilita frente al dólar, la reacción local es la de apurar la depreciación del peso, como forma de no perder competitividad cambiaria frente al principal socio comercial.

Este accionar del Banco Central -que a fines de agosto y principios de septiembre llegó a apurar el ritmo alcista por encima del 40% (en forma anualizada)- se dio precisamente cuando los países de la región dieron muestras de querer avanzar en un fuerte proceso devaluatorio, producto de la salida de capitales de sus economías.

¿Por qué esa salida de capitales? Porque los inversores interpretaron en las palabras del titular de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), Ben Bernanke, que la época de "dólar barato" en el mundo estaba llegando a su fin y que la economía de su país estaba recuperándose.

Es decir, que el billete verde iba a comenzar su proceso de fortalecimiento, de modo tal que desarmaron posiciones en el "vecindario" para así volcar su dinero a activos de la principal economía del mundo.

Todo este proceso de "huida" (salida de dólares de la zona y debilitamiento de las monedas) tuvo su impacto en Argentina, ya que obligó en ese entonces a Mercedes Marcó del Pont, titular del BCRA, a devaluar más de prisa para "calcar" a la moneda brasileña. 


Diego Coatz, economista jefe del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA), señala a iProfesional que la reacción del Banco Central de acelerar la suba del oficial en agosto "guardó relación directa con el debilitamiento del real brasileño".

"En ese momento, el BCRA miró más lo que pasaba en los países vecinos que en el plano interno", agrega.

Marina Dal Poggetto, directora del estudio Bein, coincide con Coatz al señalar que Marcó del Pont se vio condicionada a acelerar la tasa devaluatoria por la mayor presión que imponía en ese entonces el real brasileño.

Sin embargo, este proceso en la región se detuvo, luego de que Estados Unidos anunciara que iba a continuar con su plan de estímulos un tiempo más y que las bajísimas tasas de interés (cercanas a cero) se iban a mantener hasta 2015.

Según Empiria, este giro, que derivó en una menor devaluación del real, sumado al hecho de que el Gobierno no ha querido "hacer olas" en la recta final de las elecciones, hicieron que la suba del billete oficial haya caído por debajo del 30%, luego de acercarse al 50% en los primeros días de septiembre".

Asuntos internos

Claro que no todo gira en torno a "imitar" al real brasileño. De hecho, en determinados momentos, el tipo de cambio en Argentina se desligó de él porque debió ser usado como "ancla" antiinflacionaria.

Es decir, se lo hizo subir muy de a poco para evitar que los precios domésticos avancen a mayor velocidad.

El siguiente gráfico muestra el comparativo entre el alza del dólar en términos reales (descontada la inflación), tanto en Argentina como en Brasil desde finales de 2011:


Del gráfico se pueden obtener algunas conclusiones en cuanto a la evolución de ambas divisas.

Una de ellas es que, a partir de enero de este año, pese a haber hecho subir al dólar oficial más de prisa, el Banco Central no logró devaluar en términos reales y sólo pudo frenar el atraso cambiario.

Federico Muñoz, director de Federico Muñoz & Asociados, señala que el Gobierno buscó "que el tipo de cambio al menos no siga perdiendo frente a la inflación".

Impacto en las reservas

Si Marcó del Pont decidiera mantener un ritmo más "moderado" de devaluación del peso, esto no sería "gratis" para las arcas del Banco Central, ya que le implicaría sacrificar una mayor cantidad de reservas.

Es que el atraso cambiario frente a la inflación, sumado a un dólar oficial muy alejado del blue, hace que se intensifique la compra de bienes y servicios dolarizados por parte de los argentinos. 

En particular, autos importados y servicios turísticos.

Y éste no es un tema menor, habida cuenta de la persistente caída de reservas, a razón de u$s1.000 millones mensuales, con picos de u$s1.800 millones.


"El Banco Central está entregando más reservas para poder mantener el actual ritmo devaluatorio", sostiene Dal Poggetto. 

Y agrega: "Ahora se abre más el grifo de salida de divisas para turismo, que se suma a las cancelaciones de compromisos internacionales de las empresas".

Esta economista sostiene que, hacia finales de año, esta situación podría cambiar y que el Gobierno buscará cuidar más las divisas estadounidenses que tiene en su poder. 

"Parece inexorable que se acelere la suba del dólar oficial, de modo tal de llevarla al menos a un piso por encima del 30%", agrega Hernán Lacunza, ex gerente del Banco Central.

"No obstante -aclara- esa tendencia podría no darse en forma inmediata ahora que transcurrieron los comicios. Dependerá del avance en algún esquema de desdoblamiento más o menos formal".

En este tema también coincide Muñoz: "Ya sin el clima electoral, es probable que se acelere la tasa de devaluación, porque estamos con un atraso cambiario similar al de finales de 2001. El poder de compra real del dólar en Argentina es tan bajo como el de aquella época", advierte.

En caso de que se produzca un fuerte repunte del valor oficial, "la economía se quedaría definitivamente sin ancla anti inflacionaria", agrega Muñoz.

Dante Sica, director de Abeceb, señala que "la mayor devaluación nominal impulsada en 2013 no será suficiente para revertir el atraso cambiario".

Por lo tanto, lo más probable es que las autoridades "retornen a su idea de imprimirle una mayor velocidad al billete verde oficial en 2014 para evitar que se profundice la pérdida de competitividad de las exportaciones", prevé Sica.

Precio del dólar

En este contexto, el pronóstico de Empiria para la paridad oficial sigue situándose en $6,25 por dólar para fin de año.

En sintonía, el Estudio Bein también prevé para diciembre un tipo de cambio de $6,21, con una devaluación interanual del 27 por ciento.

Muñoz también estima que la divisa estadounidense alcanzará a fin de año un valor de entre $6,20 a $6,30. En cuanto al blue, considera que para esa época tendría un piso no menor a los 11 pesos.

Para el Estudio Bein, el billete informal podría escalar a unos $11 antes de las fiestas, teniendo en cuenta las reservas y el total de pesos en circulación en el mercado.

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