Si se considera que más de un tercio de esa cifra ya fue convertida nuevamente a dólares, los Cedines apenas le aportaron u$s32 millones al BCRA
Guillermo Moreno
El blanqueo de capitales está lejos de haber alcanzado el resultado que esperaba el Gobierno. Hasta el viernes pasado, se registraron apenas u$s50,8 millones en la ventanilla de canje Certificados de Depósito para la Inversión (Cedin).
A esto hay que sumar que más de un tercio de ellos (u$s18,4 millones) ya fue convertido nuevamente a dólares.
De este modo, el blanqueo engordó en apenas u$s32 millones las reservas del Banco Central. Los funcionarios habían dejado trascender que esperaban no menos de u$s4.000 millones.
En cuanto a los bonos para inversiones en el sector energético (Baade), no hay mayores datos, según consigna el diario Clarín.
Tiempo atrás se había rumoreado que Guillermo Moreno esperaba aportes de no menos de u$s100 millones por parte de los agroexportadores y otros de u$s500 millones del sector financiero. Por ahora no hubo novedades.
Pero las expectativas siempre estuvieron volcadas sobre los Cedines. Moreno los imaginó como un posible sustituto del dólar blue, una herramienta para reactivar la construcción y, en definitiva, una cuasi-moneda que reanimaría determinados circuitos de la producción vinculados a la construcción.
De hecho si en estos meses se observa una reactivación del sector de la construcción es porque caen los costos en dólares, siempre que se financie la obra con los pesos obtenidos por vender dólares en el mercado informal.
En las inmobiliarias consideran que la suscripción de los Cedin está muy lejos de cualquier especulación que se pudo haber echo cuando se lanzó la operatoria, según Clarín.
Hasta ahora, la suscripción no llega al 1,5% de la cifra (conservadora) que el Gobierno se había puesto como meta, unos u$s4.000 millones. "Todavía está muy lejos de lo esperado", resume Germán Gómez Picasso, analista de Reporte Inmobiliario.
A las inmobiliarias, la operatoria con Cedines, en los últimos dos meses, no les movió el amperímetro de las ventas, especialmente en Capital Federal y el gran Buenos Aires, donde el mercado está más dolarizado. En el interior, las ventas de inmuebles están más estables.
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