martes, 13 de agosto de 2013

Con el plan Cedin ya teñido de gris, resurge con fuerza la amplia "gama de colores" para el dólar en Argentina


La iniciativa para calmar la fiebre del blue no viene dando los resultados esperados y toman impulso las distintas operatorias para hacerse de billetes verdes. El paralelo se aleja de los $8 que quería Moreno. La realidad del peso argentino, vista desde las casas de cambio de países vecinos



POR RUBÉN RAMALLO

El ya controvertido Cedin atraviesa un presente que, bajo una mirada optimista, se lo puede calificar como gris.

Según las últimas cifras oficiales, en su primer mes y medio de vida apenas logró interesados que aportaron algo más de u$s20 millones, frente a la intención oficial de reunir unos u$s4.000 millones en tres meses. 

Otro dato que sorprende es que hasta ahora sólo pasaron por ventanilla menos de 400 adherentes al sistema, con un promedio de apenas u$s30.000 por transacción.

Pero eso no es todo, ya que de ese total un tercio se convirtió rápidamente a dólares contantes y sonantes, producto de operaciones inmobiliarias. 

Es decir, que apenas se mantienen en circulación unos u$s14 millones, una cifra más que exigua para constituir un mercado secundario, uno de los objetivos iniciales planteados por la administración K para correr un poco de escena al dólar blue.

Según Rodrigo Alvarez, director de Analytica, "la gran apuesta que hizo el Gobierno con el Cedin está resultando bastante decepcionante, con montos que no tienen nada que ver con los previstos inicialmente". 

"La gente no quiere desprenderse de sus dólares, pese a las ventajas del blanqueo, porque saben que son un bien escaso", agrega Álvarez.

Al igual que este analista, el consenso de los economistas advierten de la casi nula circulación de estos certificados.

"Los particulares los cambian rápido por dólares y es por ello que no han tenido impacto en mejorar las reservas del Banco Central", agrega Alvarez. 

Para Facundo Martínez, economista jefe de MyS Consultores, "el plan Cedin no ha estado a la altura de las expectativas que se habían generado antes de su debut".

"Si bien es prematuro calificar la iniciativa de fracaso, ya que aún faltan menos de dos meses, su performance al día de hoy permite anticipar que no servirá para enfrentar los problemas económicos que afronta el país, que son muchos y más grandes".

Sin el pan y sin la torta
Desde que se iniciara el blanqueo a principios de julio, el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dedicó buena parte de su tiempo a tratar de evitar que el billete paralelo trepe más allá de cierto límite. 

A este objetivo contribuyó la Anses, que recurrió a la venta de bonos y acciones de su cartera para bajar el precio del dólar de "conta con liqui" y, de manera indirecta, el del blue.

Cabe recordar que la primera operatoria consiste en adquirir bonos o acciones en la plaza local (en pesos) y venderlos fuera del país (en dólares), siempre que los papeles elegidos coticen aquí y en el exterior. 

Pero la intervención de la entidad para inducir a la baja de ambas cotizaciones (y que la obligó a "liquidar" cerca de u$s1.000 millones de su tenencia de estos títulos) sirvió sólo para bajar la fiebre unos pocos días. 

Es que apenas Moreno metió presión para reducir el mecanismo de "conta con liqui" (una vía legal para hacerse de billetes verdes) creció el mal humor en el mercado y el precio del blue volvió a trepar.

Así, la administración K se quedó "sin el pan y sin la torta". Es decir, sacrificó recursos y, pese a ello, el paralelo siguió alto. 

Para la operatoria de "conta con liqui" suele recurrirse a la triangulación de bonos o acciones:

En el primer caso se destaca el Bonar VII, Bonar X y el Boden 2015. 
En el segundo, Tenaris, YPF y Grupo Galicia, que cotizan tanto en Buenos Aires como en Nueva York, bajo la forma de ADRs (American Depositary Receipts).

La presión oficial fue tal que hubo días en los cuales los propios operadores tuvieron que decretar una suerte de "feriado".

Más aun. Hasta se dio la paradoja del "desdoblamiento del blue". Es decir, una cotización de $8,62 para conformar al funcionario (que en la jerga financiera se conoce como "dólar Moreno) y otra "real", que es la referencia que utilizó el mercado para este tipo de operaciones, que se ubica en el orden de los $8,80.

Los colores del dólar
Las restricciones cambiarias y el frustrado inicio del plan Cedin hicieron revivir los diferentes colores del dólar, en una gama que comprende no menos de seis variantes.

Por un lado está el precio oficial de $5,56, el "dólar soja" de $3,61 (descontadas sobre ese valor el 35% de retenciones) y el turista de $6,66 (agregado sobre esa misma referencia el recargo del 20% de AFIP).

Además, recorriendo de menor a mayor esta gama de colores que plantea al actual contexto, se pueden mencionar las cotizaciones que surgen de la negociación de bonos y acciones, tales como:

-Bonar X ($7,21): con este bono su poseedor se hace de billetes verdes recién en el año 2017, más allá de ir recibiendo pagos semestrales en concepto de intereses. Es una apuesta de largo plazo, con todos los riesgos que ello implica.

-Boden 2015 ($7,80): su vencimiento se produce dentro del plazo de la actual administración, por lo que no despierta entre los inversores mayores temores de una posible falta de pago.

-Tenaris ($8,54): es una de las acciones preferidas por los inversores para hacerse de dólares legales en el exterior, a través de la operatoria de "conta con liqui". Recientemente, por la presión oficial, se redujo su cotización y volumen negociado, si bien los canales se mantienen abiertos.

-Apple ($8,60): la acción de la firma de la manzanita es operada en la bolsa porteña bajo la forma de Cedear (Certificados de Acciones). El precio del dólar implícito que conlleva esta operatoria -que posibilita ingresar dinero a un valor mayor al oficial- surge de comparar la cotización local con la de Wall Street.

-Bonar VII ($8,62): este título paga todo el capital en septiembre de este año, lo cual hace que el riesgo disminuya día a día. Por eso su precio se acerca al del blue. 

-Dólar Cable ($8,89): quienes buscan fugar divisas por esta vía dejan sus billetes en custodia de una financiera para que ésta los acredite en el exterior. El costo es del 1% por encima del blue. Lo que suelen hacer estos intermediarios es "calzar" los fondos de quienes necesitan traer dinero con los de aquellos que tratan de sacarlos (de modo que los billetes físicos, en realidad, nunca "viajen" o se muevan lo menos posible).

"Se mire por donde se mire, el tipo de cambio está por arriba del valor en el que pretende anclarlo el Gobierno. Puede regular la cotización un tiempo, pero luego el mercado se reacomoda según oferta y demanda", precisa Agustín Cramo, que focaliza su atención en los $8,80 al que se ubica el blue.

Una calma que duró poco
En general, cada una de las cotizaciones mencionadas guarda relación con el blue. Según los casos, las mismas pueden ir del 82% (Bonar X) al 98% para el Bonar VII.

No obstante, esta regla se vio alterada cuando el billete alcanzó su máximo histórico de $10,45 a inicios del mes de mayo, ya que en ningún caso los precios de sus "sustitutos" subieron en igual proporción.

Pero una vez que la Anses redujo su intervención en el mercado, la situación se fue reacomodando a sus precios naturales, para así ubicarse nuevamente en los niveles similares a los de abril de este año (previa injerencia del organismo).


El peso argentino, más allá de las fronteras
Desactivados el efímero "efecto casino" y "dólar Colonia", a los turistas argentinos que viajan no les queda otra que pasar por las casas de cambio, si es que desean adquirir dólares.

Hoy día, en Santiago de Chile deben desembolsar unos $8,60 por billete verde (cifra más cercana a la cotización del blue que a la del oficial). 

En Asunción del Paraguay este valor trepa a $8,90 y en Río de Janeiro alcanza la "módica" suma de $9,50.

Cabe apuntar que -hasta no hace mucho tiempo- en las dos últimas ciudades los precios de referencia eran inferiores a los valores del paralelo en la city porteña.

Pero esta situación cambió, por la menor demanda de turistas provenientes de esos países, producto del debilitamiento de sus respectivas monedas sumado al mayor costo de vida en Argentina. 

El caso más curioso es el de Montevideo. En estos días, quien busque convertir pesos argentinos a dólares deberá desembolsar casi lo mismo que cuando el billete alcanzó su máximo histórico: $10,50.

Este nivel contrasta con el vigente hasta mayo, cuando los tours de compra de uruguayos llevaban a las casas de cambio locales a pagar mucho más por los pesos argentinos, disminuyendo el precio. A tal punto que, durante unos días, fue más barato comprar dólares en Montevideo que en Buenos Aires.


"La dinámica del mercado paralelo es muy volátil y dependerá de lo que haga el Gobierno, aunque la presión alcista sigue existiendo", afirma Alvarez.

"No se atacan las causas, sino las consecuencias. Está visto que las intervenciones del Gobierno sobre la plaza cambiaria siempre tienen efectos transitorios", afirma el economista de M&S.

"Las reservas del Banco Central y su comparación con el circulante dan un valor mucho más alto que el oficial y más cerca del blue", agrega Cramo.

"No sería ilógico que hacia fines de año convivan varios tipo de cambio: uno alto para turismo y compra de pasajes; otro intermedio para adquisición de bienes de capital y otro más bajo para liquidar exportaciones", pronostica Cramo. 

Rodolfo Santángelo, socio de Carlos Melconían en M&S, así vislumbra el escenario que viene: 

"Con esta política monetaria el único camino que veo para el dólar blue es ascendente".

Y concluye: "Veo la tasa de inflación creciente. Faltan dólares porque sobran pesos. El cepo se mantendrá y no sólo eso, después de octubre se profundizará".

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