lunes, 22 de julio de 2013

Gobierno acelera devaluación y dólar tarjeta vale casi $6,60: ¿empieza a ser "caro" viajar afuera?

Las urgencias del modelo aceleraron el alza del billete oficial. Si se le suma el recargo del 20%, surgen dudas sobre qué tan subsidiado está el tipo de cambio para turismo. El costo de viajar subió 44% en un año, más que salarios e inflación. ¿El furor turístico seguirá como hasta ahora?


En los últimos años, la banda magnética de las tarjetas de crédito de los argentinos se fue gastando como hacía tiempo no sucedía. 

No sólo por el boom de ventas de electrodomésticos que se dio hasta 2012, sino también por el furor que experimentó el turismo fronteras afuera.

Con salarios que durante algunos años mantuvieron la tendencia de crecer por encima de la suba del dólar y de la inflación, la clase media vio en el fenómeno del atraso cambiario una oportunidad para subirse a un avión y vacacionar fuera de la Argentina.

Tras el cepo cambiario aplicado en 2011, los plásticos se convirtieron en los grandes aliados de los argentinos, ya sea a la hora de pagar en cuotas y en pesos cualquier paquete o ticket aéreo como al momento de salir de compras en algún mall del exterior.

De esta manera, el "tarjeteo" pasó a ser el "deporte nacional" por excelencia, convirtiéndose en una de las grandes "canillas" a través de las cuales se potenció la fuga de dólares.

A tal punto se exacerbó esa "sangría verde" que, en pocos años, el turismo pasó de ser un generador neto a una máquina devoradora de divisas.

Así las cosas, a medida que se potenció la preocupante pérdida de reservas del Banco Central, el tarjeteo fronteras afuera se convirtió en uno de los grandes enemigos del Gobierno, que tomó una primera medida allá por septiembre del año pasado, cuando comenzó aplicando un recargo del 15% a los gastos en el exterior, medida que en marzo último se hizo extensiva a la compra de aéreos y paquetes y con una tasa 5 puntos más elevada (20%).

¿Comienza a ser caro viajar? 
En un primer momento, tras el debut del llamado "dólar tarjeta", los analistas y los directivos de agencias de viajes se mostraron escépticos sobre el impacto que el recargo pudiera tener sobre el boom de turismo internacional.

Y las razones estaban más que claras: con salarios corriendo por encima de la suba del billete verde, los argentinos seguían teniendo un mayor poder de compra en relación con todos aquellos bienes y servicios valuados en esa moneda.

"Mientras no se corrijan el resto de las variables, el boom de turismo en el exterior no va a tener freno", era el diagnóstico que, con matices, venía trazando un amplísimo grupo de economistas, muchos de los cuales hoy se preguntan si acaso no llegó el día en el que finalmente haya comenzado a cambiar la tendencia. 

Sucede que el ritmo de deslizamiento del tipo de cambio -una de esas variables que fue determinante para explicar el furor de argentinos cruzando la frontera-, en las últimas semanas mostró una marcada aceleración, dejando atrás su paso aletargado que venía mostrando últimamente. 

Así las cosas, el dólar oficial ya está cotizando a $5,47 y, con el recargo del 20%, esa cifra trepó a casi $6,60. 

Desde Econviews destacaron que "el Banco Central aceleró la suba del oficial que, en los últimos dos meses, mostró un crecimiento del 26% medido de forma anualizada. Es decir, por encima de las estimaciones privadas de inflación". 

"Se está presionando más el ´acelerador´ de la devaluación. Y el objetivo del Gobierno es más que claro: intenta proteger las reservas tratando de hacer todo más caro, como el turismo en el exterior", señalaron a iProfesional.

Así las cosas, el recargo del 20% aplicado por la AFIP por sí solo tenía poco "poder de fuego". Sin embargo, la combinación con un billete verde oficial más caro, podría comenzar a calmar poco a poco la "fiebre" por subirse a un avión con destino al exterior.

Si bien para este año se espera que el déficit del sector alcance los u$s8.000 millones, muy por encima de los niveles del 2012, para los expertos a medida que se mantenga este ritmo devaluatorio, el turismo internacional irá contando con menos "anabólicos" para seguir creciendo a tasas chinas como venía haciéndolo hasta ahora.

"Considerando el deslizamiento del tipo de cambio de las últimas semanas, se podría decir que ya no hay un nivel de ´subsidio´ para viajar afuera como el que estaba vigente hasta hace poquito tiempo. 

Tampoco es que hacer turismo en el exterior se haya vuelto prohibitivo, pero sí es cierto que hoy hay menores incentivos", explicó el economista Agustín Monteverde, en diálogo con iProfesional. 

Paquetes y aéreos, más caros
Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, destacó que "los dos factores combinados, es decir, el recargo aplicado por la AFIP y la aceleración de la tasa de devaluación, hicieron que cambien un poco los precios relativos", haciendo referencia así al mayor costo de los paquetes turísticos medidos en términos de salarios. 

Para corroborar cómo se encareció en pesos vacacionar en el exterior, basta considerar que una pareja que en junio de este año haya contratado un all inclusive en un destino internacional como Playa del Carmen, valuado en unos u$s3.200, habrá desembolsado el equivalente a $20.600, resultante de aplicarle el recargo del 20% y un tipo de cambio que el mes pasado cotizaba bordeando los $5,40.

Como contrapartida, para esa misma época de 2012, ese paquete -al no estar vigente el "dólar turista" y con un tipo de cambio que orillaba los $4,48- costaba unos $14.300.

Es decir que este año, las vacaciones de invierno le implicaron a esta pareja una erogación un 44% superior al desembolso que hubiese afrontado doce meses atrás.

Medido en términos de ingresos, la ecuación también termina siendo un poco más desfavorable. 
Considerando que a mitad del año pasado el salario neto promedio era de $6.225 -según datos del INDEC-, contratar ese all inclusive representaba el equivalente a 2,3 sueldos.

En cambio, este año, teniendo en cuenta un ajuste remunerativo del 24%, se habrán necesitado casi de 3 sueldos para costear dicho viaje.

Claro que los planes de cuotas en pesos, que continúan vigentes, ayudan a repartir dicha suba a lo largo de 12 meses o más, haciendo que tal incremento no se sienta tanto en el bolsillo.

Sin embargo, no es menor el hecho de que se deba destinar una mayor proporción del ingreso para viajar al exterior, lo que implica un cambio de tendencia respecto a lo que sucedía hasta hace unos meses.

En la misma línea, una familia que para estas vacaciones haya contratado un tour por Orlando y Miami durante diez días, con pases a parques de diversiones, alojamiento y alquiler de auto incluido, habrá desembolsado unos $77.300. 

En cambio, el año pasado ese mismo paquete valía unos $53.760.

Esto implica una diferencia de $23.540. En el caso de que dicha familia haya optado por pagar con tarjeta y a 12 meses de plazo, esto significó que la cuota mensual haya pasado de casi $4.500 a cerca de $6.500.

La competencia del auto importado
A contramano de lo que ocurrió con el turismo, existen otros bienes dolarizados que sí se volvieron más accesibles en términos de salarios durante los últimos doce meses, como los autos importados, producto de que hasta el momento no sufrieron dicho recargo del 20% y las alzas de precios se movieron por debajo de la inflación.

Esto implica que actualmente se requiera de una menor proporción del ingreso para acceder a una unidad.

Así las cosas, un Audi A1 Attraction el año pasado costaba unos $130.000 al tipo de cambio oficial de ese entonces, una cifra que equivalía a unos 21 salarios.

Hoy, ese mismo modelo cotiza a $150.000, según precios oficiales publicados por ACARA, lo que implica que se requieran dos meses menos de ingresos para acceder a ese vehículo. 

Agencias atentas
Este encarecimiento de precios relativos a la hora de hacer turismo en el exterior aún no se está traduciendo en fuertes caídas para la actividad y muchos hacen referencia al "efecto inercia". 

Sin embargo, tanto expertos como empresarios del sector sí señalan que, al moderarse el atraso cambiario -la variable clave que fogoneó en los últimos años el fenómeno del turismo fronteras afuera- el boom podría perder un "anabólico" fundamental.

En diálogo con iProfesional, Tomás Ryan, ex presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo (Aaavyt) y titular de Ryan´s Travel, destacó que "en las últimas semanas se aplacó un poco ese incentivo para viajar al exterior, producto de la mayor tasa de devaluación". 

De este modo, si bien se espera que el déficit por turismo este año alcance un nuevo récord, la perspectiva es que las astronómicas tasas de crecimiento que venía registrando el sector vayan camino a una mayor moderación en los próximos meses, al tiempo que pocos creen que se pueda alcanzar una nueva marca histórica el año próximo. 

Respecto a estas vacaciones de invierno que recién están arrancando, Walter Rodríguez, secretario de la Aaavyt, confirmó que "los niveles de ventas de paquetes al exterior están prácticamente igualados con los del año pasado", si bien aclaró que en esto influyó el tope de plazas disponibles en los aviones.

Por su parte Alejandro Camera, de Tours & Travel International, marcó que "los paquetes y pasajes aéreos que se ponen a la venta se venden a buen ritmo, pero venimos notando una leve contracción respecto a 2012".

El próximo verano, bajo el "calorcito" del dólar
Lo que preocupa a los empresarios del sector es el escenario post octubre: bajo la óptica de Fernando Baer, director de Bconomics, de mantenerse la dinámica actual, el dólar en la Argentina cerraría en un nivel cercano a los $6,25, lo que implicaría una tasa de devaluación de casi 27% para todo 2013, ubicándose unos puntitos por encima del promedio de las mejoras salariales, y elevando el llamado "dólar tarjeta" a un nivel del orden de los $7,50. 

Paralelamente, hay un creciente consenso entre economistas de que el blue, hacia fin de año, tendrá un piso del orden de los $10.

Esta perspectiva es clave considerando que el Gobierno viene retaceando cada vez más la entrega de billetes físicos a aquellos turistas que realizan el trámite ante la AFIP, producto de un superávit comercial que no para de flaquear y reservas del Central que vienen en franco descenso.

Así las cosas, aquellos argentinos que quiera hacerse de algo de efectivo para cubrir gastos básicos de un viaje en el exterior y que no tengan dólares en el colchón, no tendrán más remedio que ir al mercado paralelo.

Considerando la proyección de $10 para diciembre de este año, esto implicaría un gasto de bolsillo casi un 50% superior al valor vigente en el mismo mes del 2012.


Sin embargo, este escenario planteado por los analistas está basado en una hipótesis de un post octubre "tranquilo", es decir, sin considerar el "factor sorpresa" que nadie descarta tras los comicios.

En buen romance: la perspectiva es que el Gobierno aplique nuevas y más duras medidas luego de las elecciones, como sucedió en 2011, cuando a los pocos días de que hablaran las urnas debutó el cepo cambiario.

"A partir de octubre, las posibilidades de viajar al exterior se van a restringir aun más, porque la administración kirchnerista está muy lejos de encontrarle la vuelta a la fuga de divisas", destacó Monteverde.

"La solución que tomarán será la de más controles y más presión. No veo otro camino. Incluso, es probable que se avance en un desdoblamiento del tipo de cambio y un dólar oficial más caro para el sector turístico", acotó el experto.

Desde Econviews también encendieron una luz de alarma para todos aquellos argentinos que ya están empezando a palpitar el verano fuera del país: "Después de octubre se vienen más controles y restricciones. Viajar al exterior va a ser mucho más caro por la aceleración en la tasa de devaluación y la posible aplicación de un desdoblamiento".

Incluso, empresarios del sector confiesan por lo bajo que tienen temor de que a nivel oficial se empiece a presionar a bancos para que dejen de ofrecer un menú de cuotas tan amplio y ventajoso. 

Por ahora, las bandas magnéticas de los plásticos continúan usándose a full. Sin embargo, nadie descarta que tras octubre, se tomen un pequeño descanso. Justo en verano, cuando millones de argentinos empiezan a soñar con su pasaporte visado y su avión dejando atrás la pista de Ezeiza.  

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