lunes, 28 de mayo de 2012

¿Está caro o barato? El dilema del dólar paralelo



Juan Cerruti
Editor de Economía
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Si alguien le dice que el dólar paralelo a $ 5,50 o $ 6 está caro o barato, usted al menos desconfíe y tómese unos minutos para pensar lo siguiente. Primero, ¿está caro o barato en relación a qué? Una primera respuesta, obvia, es que si el tipo de cambio oficial está a $ 4,48 usted está pagando caro algo que, en teoría, vale menos.

Pero se puede ensayar otra respuesta menos evidente: la que surge de comparar el valor del dólar paralelo con el tipo de cambio de equilibrio que, en teoría, debería tener la Argentina.
No existe total consenso entre los economistas sobre qué es y cómo calcular este supuesto “tipo de cambio de equilibrio”. Pero es posible apelar a dos de las técnicas más frecuentemente utilizadas.

En busca del equilibrio

Una primera definición de tipo de cambio de equilibrio refiere al valor (en este caso del dólar) que asegura que un país tenga una Balanza de Pagos en equilibrio o con superávit ¿Qué es la Balanza de Pagos? El registro de las divisas que entran o salen de un país. Si entran más de las que salen, la Balanza de Pagos tiene superávit y el Banco Central está acumulando reservas. Caso contrario (salen más divisas de las que entran) hay déficit de Balanza de Pagos y se están perdiendo reservas del Banco Central.
La característica central de la Balanza de Pagos durante la era K (2003-2012) fue un fuerte ingreso de dólares por la vía comercial (producto de exportaciones superiores a las importaciones) que compensó con creces la salida de dólares por la vía financiera (la llamada fuga de capitales).

En este sentido, el mejor período de la Balanza de Pagos, en cuanto a resultado superavitario, es el cuatrienio 2004-2007, lo que algunos analistas bautizaron como la etapa “sana” del modelo, con tipo de competitivo y baja inflación. Ahora bien, la pregunta del millón es ¿cuánto debería hoy valer el dólar para retornar al tipo de cambio promedio de ese período? La respuesta es $ 6,22. El valor surge de obtener el tipo de cambio real de ese período (es decir, que tiene en cuenta también la inflación local, verdadera, y la del exterior) y extrapolarlo a los valores actuales.


Hamburguesa delatora

Pasemos ahora a la segunda forma de calcular el tipo de cambio de equilibrio. Consiste en utilizar el denominado “Índice Big Mac”, en referencia a la hamburguesa que se comercializa en buena parte del mundo. La idea por detrás de esta forma de estimación es que si un bien relativamente homogéneo se vende en la mayor parte del planeta, su precio en dólares debería ser igual en todos los países. De otra forma convendría a un país comprarle las hamburguesas a otro y viceversa. Así, al traducir el valor en moneda local del Big Mac a su correspondiente precio en dólares, se obtiene un tipo de cambio implícito que puede ser una referencia de que tan apreciada o devaluada está la moneda de un país.

La Argentina es un caso particular, porque el Gobierno no pudo con su genio y le puso precio máximo a esta hamburguesa, para evitar comparaciones internacionales “odiosas”. Pero algunos economistas, como Martín Tetaz (de la Universidad Nacional de La Plata), igual se les ingeniaron y tomaron como referencia otra hamburguesa también comercializada en casi todo el mundo, denominada “Cuarto de libra” ¿El resultado? El dólar en la Argentina hoy debería estar a $ 5,72.

Así, los dos valores teóricos de equilibrio del tipo de cambio obtenidos ($ 6,22 y $ 5,72) permiten algunas conclusiones iniciales. Primero, el dólar oficial está atrasado por dónde se lo mire. Lo que no implica recomendar una devaluación, porque en el actual contexto sería un juego se suma cero con la inflación. Antes habría que tener un plan anti-inflacionario serio. Segunda conclusión: no está claro si el dólar paralelo en torno a $ 6 es caro o barato.

Hipótesis Ahora bien. A riesgo de desanimarlo, es posible complicar un poco más las cosas. Y a diferencia de lo que piensan muchos economistas, arriesgaré una hipótesis adicional: no creo que comparar el valor del dólar paralelo con su precio teórico de equilibrio sea una referencia válida para determinar si está caro o barato. Equivale a comparar peras con manzanas ¿Por qué? Porque mientras sí tiene sentido comparar el valor del dólar oficial con su valor de equilibrio (para ver si está apreciado o devaluado, y por lo tanto si su tendencia futura debería ser a subir o bajar); no lo tiene enfrentar el dólar de equilibrio con su versión paralela (o blue), dado que son producto de dos mercados completamente diferentes. Distintos mercados
Hoy en el mercado del dólar oficial en la Argentina intervienen básicamente tres jugadores: los exportadores, que generan la oferta, y los importadores que representan la demanda. El Banco Central se ubica alternativamente del lado de la oferta o la demanda, según la estrategia oficial. En cambio, en el mercado del dólar paralelo (o informal), la oferta y demanda están mucho más atomizada con múltiples, y desconocidos, jugadores.

Por lo tanto, el hecho de que el precio del dólar oficial y el paralelo vayan a unificarse en algún momento, ya sea en un punto intermedio, por arriba o debajo de alguno de ellos, depende básicamente de los procesos que los generan. Que son disímiles.

Dicho de otra forma: si usted quiere comprar dólares, y no lo puede hacer en el mercado oficial, podría recurrir al paralelo. Pero si el Gobierno flexibiliza o elimina los controles en el corto plazo, y está dispuesto a sacrificar reservas del Banco Central, seguramente habrá comprado caro.

Por otro lado, si los controles llegaron para quedarse por largo rato, el dólar paralelo de hoy podría estar más barato que el de mañana. O el de dentro de un año. En algunos países, como Turquía, el desdoblamiento cambiario se mantuvo durante cuatro décadas. Más aún, la experiencia internacional demuestra que la brecha entre el dólar paralelo y el oficial puede ser diversa y volátil. Por ejemplo, Bélgica (década del 60) con 2% y Ghana (década del 80) con 4200%.

Nadie sabe con certeza qué camino está dispuesto, o estará obligado por las circunstancias, a tomar el Gobierno en el futuro. Por lo tanto, apodar de “caro” o “barato” el valor del dólar paralelo, es, en última instancia, un acto de fe.

cronista.com

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